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20 noviembre 2008

Experimento Social: “La crisis psico-paranoide por limitaciones culturales económico-geográficas…” ó “El timo de la moneda extranjera”

Hoy en Experimentos Sociales tenemos el desgarrador testimonio de dos pobres ancianas en la cola de un “todo a 100” de los chinos que se sienten amenazadas y timadas por las reconocidas mafias de oriente. El ya conocido timo de la moneda extranjera cobra cada vez más fuerza en nuestro país. Lástima que en este caso se trataba de una moneda de un euro con el reverso de Irlanda…

Sábado, 15:32

[LA CHINA] – “Su vuelta, señola…” – dice dándole a la anciana un puñado de monedas como cambio.

[ABUELA 1] REVISANDO EL IMPORTE DEVUELTO: - “¡Uy!, ¿y esta moneda?” – comenta en voz alta al descubrir que en el reverso del euro no aparece el busto de Don Juan Carlos I – “Que rara es… mira, mira…”

[ABUELA 2] –“¿A ver?” – intrigada por el descubrimiento de su amiga, asoma la cabeza para revisar…

[ABUELA 1] – “Que rara, ¿no?... Tiene como un arpita…” – sigue comentando, y tomándose su tiempo, fascinada por la nueva moneda que, evidentemente, nunca antes había visto – “¿De dónde será?”

[ABUELA 2] – “Pues ¿de dónde va a ser?” – responde perpleja a las absurdas preguntas de su amiga, mientras la china sigue cobrando a otros clientes… - “… de aquí”

[ABUELA 1] -  “No, no no… ¡esta no es de aquí!” – concluye la vieja convencida de que no hay similitud con la cara del Rey.

En este momento de la conversación, y por los definitivos comentarios de su amiga que ha descubierto una nueva moneda, la [ABUELA 2] se percata de que algo no va bien... Promovida por el pánico, y el entonces temor a ser engañadas le obliga a inferir en voz alta para que todos en la cola nos percatemos:

 15:33

[ABUELA 2] – “¡¡A ver si va a ser falsa!!” – Grita para que todos sintamos curiosidad y miremos el metal que sostiene la otra en la mano.

[ABUELA 1] – “No creo, ¿no?... será de otro país...” – comenta indecisa y despreocupada tratando de calmar a su paranoica amiga. – “¡¿Pero cómo va a ser falsa?!”

Aún así, no lo consigue y ésta continúa:

[ABUELA 2] – “Pos si es de otro lao… ¡¡a ver si no a valer!!”

[PRIMERA PARTE DEL EXERIMENTO COMPLETADA] En este punto la [ABUELA 2] siente que están siendo víctimas de las mafias del este y vehículos físicos del blanqueo de dinero para la especulación de los bancos y la trata de blanca de rusas menores de edad. Afortunadamente, la [ABUELA 1] quien “parece tener” las ideas más claras sobre la moneda europea, le responde convencida:

 15:34

[ABUELA 1] – “¡¿Cómo no va a valer?!...”  – comenta en tono de ¡ay! pero mira paquita que tonta que eres  – “¿No ves que el euro está en todos los países… y todo el mundo paga ya en euros?”

[EXPERIMENTO COMPLETADO] La globalización es ya una realidad para los jubilados

29 octubre 2008

Experimento Social: “Contagio y transmisión de la ignorancia a terceros”

En la sección de hoy de Experimentos Sociales, relataré una anécdota personal concreta que ilustra como una falacia, producto de la ignorancia, puede llegar a difundirse en apenas unos minutos a terceras personas en un constante contagio de gilipollez. 

El siguiente caso real se desarrolla en el tren Altaria trayecto de Madrid a Cádiz que circula gran parte de su recorrido por vía de alta velocidad. Unos kilómetros antes de su llegada a la ciudad de Sevilla, donde actualmente acaba la vía del AVE, debemos hacer una parada técnica de unos 15 minutos para la adaptación del eje de ruedas al ancho de vía convencional y poder continuar así nuestro camino… Según nos aproximamos al apeadero de adaptación, el tren aminora su marcha hasta detenerse y suena por megafonía la voz del azafato de abordo que avisa de la parada técnica:

13:03 
[MEGAFONIA] – “Señores pasajeros vamos a realizar una parada técnica para la adaptación al ancho de vía convencional”. La rapidez del discurso provoca la siguiente conversación:
[IGNORANTE 1] ASIENTO 7D VENTANILLA– “No sé lo que ha dicho… no me he enterao”
[IGNORANTE 2] MUJER DEL IGNORANTE 1, ASIENTO 7C PASILLO, - “…pero se ha parao…”  - dice mirando a su alrededor – “¿Pasará algo?”
 [IGNORANTE 1] – “No sé… ahora vendrá alguien…” – esperando calmar a su preocupada señora quien tampoco entiende el motivo de la parada y ya empieza a sospechar que no era programada.

 13:04 
Ante el silencio de su marido, la señora finalmente reconoce no entender el motivo de la parada:
[IGNORANTE 2] – “Pero ¿por qué?...” – dice extrañada, para continuar infiriendo – “a ver si es que se ha roto algo…”

En este momento de la conversación, el [IGNORANTE 3] del asiento 6B pasillo, que ha oído la conversación, con boina y un palillo de dientes en la boca (prueba de su graduación en la licenciatura de Ingeniería de Estructuras Técnicas Ferroviarias), le responde:
 [IGNORANTE 3] – “Estamos paraos pa cambiar la máquina” – dice en tono contundente para continuar explicando – “…viene una y nos quitan la otra.”
[IGNORANTES 1 Y 2] – “Ahh…” – respuesta al unísono que denota tranquilidad por haber saciado su desconocimiento.
A este punto de la conversación, se ha completado la primera fase del experimento, la difusión de una falacia, producto de la ignorancia del sujeto 3, y su contagio a los sujetos 1 y 2.

Al rato, y mientras todavía crujen las ruedas del tren que readaptan su eje, y sin que ninguna “maquina nos quitase la que teníamos”, suena el teléfono móvil de [IGNORANTE 1].
13:08
[IGNORANTE 1] –“¿Sii….?.... aquí, en el tren…..  – y haciendo uso de su recién adquirida cultura, comenta - …que estamos paraos pa cambiar la locomotora….”
[EXPERIMENTO COMPLETADO] El mensaje se ha transmitido a terceros.

21 octubre 2008

Pero... ¿Cuántas pesetas son?

Parece mentira como después de casi siete años en nuestros bolsillos, el euro parece no haberse hecho todavía un hueco en nuestras vidas. Es curioso como muchos de nosotros seguimos utilizando expresiones como “pelas”, “cuatro duros”… y aún tenemos la extraña necesidad de traducir, especialmente las grandes cantidades, a la antigua moneda.

Después de las campanadas del 31 de diciembre del 2001, todos los cajeros automáticos dispensaban ya los nuevos billetes, ridiculizados por muchos en su día como “los del monopoly”. El euro entró a formar parte de nuestra economía irremediablemente y muchos bolsillos se resintieron ante los temidos redondeos, generalmente al alza, que todo pequeño comerciante y autónomo aprovechó desde el principio en su propio beneficio.

Es ahora, casi siete años después, cuando nos asombramos si casualmente un billete de mil o dos mil pesetas pasa por nuestras manos y aprovechamos para recordar lo felices que fuimos cuando nuestros padres nos daban “veinte duros para chucherías”. Hoy por hoy, con el equivalente en euros, 60 céntimos, apenas logramos comprarnos un par de chicles, y muchos culpan de la actual crisis económica a ya remarcado redondeo al alza que todos quisieron aprovechar.

Indistintamente de la situación económica real, o del recuerdo nostálgico en el que todo tiempo pasado fue mejor, nadie cuestiona ahora tener en su cartera otra moneda que no sean los coloridos billetes que comparten ya 15 países en Europa, y que 31 estados en todo el mundo utilizan como moneda oficial. La peseta pasó a mejor vida y hoy sólo cotiza el cambio en los mercadillos de coleccionistas de la Plaza Mayor. Sin embargo muchas expresiones de nuestro lenguaje, referidas a la peseta, siguen vivas y se oyen cada día: “eso vale cuatro perras”, “la pela es la pela”, “eres un pesetero” y otras muchas frases hechas nos hacen recordar que el valor del dinero es relativo cuando no tienes “ni un duro” en la cartera.

A decir verdad, son los ancianos y la gente mayor quienes más han notado la diferencia. Ellos que en su día ya vivían con céntimos, tuvieron que volver a hacer un cursillo acelerado para acostumbrarse a la nueva moneda europea, y los más avispados en matemáticas pronto controlaban con destreza las tablas de conversión (…mejor incluso que muchos de nosotros). La seguridad que les da el controlar cuánto dinero gastan se ha perpetuado hasta hoy, y todavía hacen mentalmente “la cuenta de la vieja” para saber en pesetas a cuanto está el kilo de tomates.

Aunque desmitificando la entrañable escena de la abuela que cuenta con los dedos, muchos de nosotros sabemos que también necesitamos tener un referente, especialmente cuando superamos los 6.000 euros, o lo que es lo mismo, el millón de pesetas. ¿Hay quien no ha tenido la tentación de pensar cuantos millones son los 16.500€ del último Seat Ibiza? y una casa de 246.000 euros, ¿Cuánto es eso? Hasta en según qué supermercado suelen señalar todavía en el ticket de compra el precio total del consumo en pesetas bajo el título de “contravalor”… y la pregunta es ¿Hasta cuándo seguiremos pensando, aunque sea inconscientemente, en pesetas?

07 octubre 2008

Poesía: "Oh!, brisa de la desgracia"

Sentado un día en la parada,
esperando mi autobús,
pensé mientras llegaba:
"¡¡Coño, el metro-bus!!"

Saqué así mi monedero
para poder pagar,
preparándome el dinero
que al busero le iba a dar.

Saqué un billete de veinte
esperando obtener cambio,
pero un soplo, de repente,
se los llevó volando.

Corrí tras mi dinero
que el viento se llevaba.
Corrí y corrí el primero
por si alguien me los robaba.

Giré la esquina en una vuelta
y tropecé con una abuela...
Va la vieja y me suelta:
-"Uy, que se te vuela!"

Mis euros se me iban
volando en la lejanía.
¡¡Y como se los llevan!!
Por más que yo corría.

De pronto, descendieron
y perdí todos mis miedos.
Por un momento acariciaron
la punta de mis dedos...

Y ya pensando recuperar
el tan preciado billete,
un gran salto fui a dar
sin ver que había un poyete.

La mala suerte quiso
que detrás hubiera un hierro.
Y al lado, en el piso,
una gran mierda de perro.

La caída fue importante,
del golpe no me acuerdo.
Pero sí que vi a al instante
que acabé como un cerdo.

Me hice daño en una pierna,
perdí toooooodo el dinero,
y en la mano, con mas mierda,
que el palo d´un gallinero.

24 septiembre 2008

Despierta

¿Estás sentado? … no sé. Parece que te has quedado dormido en esa postura. Estas tan a gusto que no puedes moverte.. o quizás sí, pero no quieres. Si fuera por ti permanecerías en esa posición tan cómoda por siempre, apoyado en un suave respaldo, sin saber muy bien donde tienes los brazos, porque casi no los sientes.  A decir verdad en este momento no te importan… No sabes dónde estás metido, ni recuerdas por qué has acabado allí.

Es un estado próximo al sueño. Pareces flotar en el vacío y sólo percibes el ruido de la lluvia de fuera.

Desde fuera también se oye un acompasado ritmo que parecen las pulsaciones de tu corazón, en un compás constante. A cada golpe tu oído palpita como lo harían tus pulsaciones en el tímpano, y esperas inevitablemente a que llegue el próximo… y el siguiente… y el otro… sin que puedas controlarlo. Y sin poder evitar que todo se convierta en un zumbido.

Pero lo que realmente llama tu atención es otra cosa. Tu mirada está fija en la curiosa formación de perlas que hay frente a ti. Son de color rojo fuego, casi cegador, de un brillo hipnótico y de formas irregulares, todas ellas parecidas pero distintas. Como si estuviesen pegadas a la pared.

Parece que es de noche, o puede que el brillo de las perlas confunda y todo a tu alrededor quede difuminado en el olvido. Estás definitivamente encandilado por ese rojo tan intenso que se hunde en tu retina al compás de las pulsaciones, y simplemente crea esta sensación placentera en la que estás, y te hace olvidar todo lo demás  y sólo piensas en lo relajante que resulta quedarse ahí mirándolas.

Sin avisar, todas tus perlas cambian repentinamente al unísono al color verde. Un verde brillante que rompe tu sueño por la brusquedad del cambio. Parece que ya recuerdas dónde estás. Ya te acuerdas de todo. Te das cuenta como la lluvia sigue cayendo en tu parabrisas, y oyes el chirrido de la goma de las escobillas que continúa, en un lento compás repetitivo, arrastrándose de un lado a otro. Ahora que el semáforo ha cambiado, y vuelves a sentir tus manos sobre el volante, continúas tu camino gris… 

21 septiembre 2008

Experimento Social: "¿Por dónde vas?"


Muchos de vosotros habréis percibido que cuando se viaja en algún medio de transporte colectivo, como es el caso de los autobuses de largo recorrido, y nos acercamos al final del trayecto o ciudad de destino, es cuando comienzan a sonar masivamente los teléfonos móviles del pasaje. Generalmente se trata del pariente o conocido que espera en la estación para recogernos, y hace la mítica pregunta de “Por dónde vas?...
Esta es una recopilación de las diferentes respuestas oídas en un autobús a esta pregunta:

CASO 1: “NO IMPORTA, EL CASO ES QUE ESTOY EN EL AUTOBUS”
Se trata de la respuesta más frecuente y con menor contenido informativo:
- Pueees… no sé… voy llegando ya.
Esta respuesta confirma que la pregunta “¿Por dónde vas?” se trata simplemente de una frase hecha para entablar genéricamente una conversación.

CASO 2: “CALCULANDO LA HORA QUE ES… Y LA QUE DEBERÍA SER…”
En este segundo caso se trata de hacer una estimación en base a la hora estimada de la llegada impresa en el billete:
- No se…, la verdad… supongo que faltará menos… . ..de todas maneras ya son las 4, ¿no?…. pues,… me quedan 2 horas más…
Esta respuesta no confía en encontrar atasco a la entrada de Madrid.

CASO 3: “EL CUENTAKILOMETROS REVERSIVO”
En este caso, el pasajero lleva un buen rato desesperado mirando los carteles de tráfico y para ir calculando los kilómetros que le quedan. En el momento de la llamada responde:
- “…pues el último cartel ponía que faltaban 236 km. … así que quedará menos…”
Llegados a este momento, el familiar del otro lado de la línea, calcula mentalmente la velocidad del bus, divide entre el dato facilitado y despeja mentalmente la incógnita que le planteó.

CASO 4: “A LA ALTURA DE…”
Este caso, a diferencia del anterior, se reconoce fácilmente por el intento de leer rápidamente desde el autobús en marcha el nombre del pueblo del siguiente desvío:
- Pues… me falta…., no sé… es que no veo los carteles… …, no, si ya… ¡ah sí, mira!, vamos por Valdecampo de la Castilleja.
Se supone que ahora la madre va corriendo al google a buscar donde queda ese pueblo perdido y saber exactamente las coordenadas de su hija.

¿Y tú que sueles responder?
Próximamente más Experimentos Sociales.

15 septiembre 2008

...¡Acción!

Ha pasado mucho tiempo, más de dos años según la última fecha del post anterior, desde que en un arrebato de snobismo me decidiera a crear este blog para formar parte también de la comunidad blogera del mundo... ¿para luego qué?: abandonarlo a la deriva en la red...

Lo curioso es que de vez en cuando recibía comentarios de gente que me preguntaba "Por cierto, ¿tu blog ese sigue ahí donde lo dejaste...?" y sinceramente, no sabía que alguien se tomara la molestia de entrar en este sitio tan cutre (tendríais que haberlo visto antes) a curiosear si había actualizado o no...

Sea como fuere, y como parece que tengo -más que lectores- curiosos, creo que me debo a mi "público", y debo de reconocer que también me he ilusionado de nuevo con la idea. Así que he decidido que es hora ya de darle vida al Whaden Blog, al menos para aquel que le interese.

He pasado varios días cambiando el diseño, y actualizando la plantilla que estaba caducada en Blogger. Lo cierto es que me ha tenido bastante entretenido. Y ahora que más o menos me decido a escribir, lo regularmente que me sea posible o me venga en gana, me veo ante la gran duda de "...y ahora de qué escribo".

Pues sinceramente, no tengo ni puta idea. 
Solo espero que ahora no dejen de leerme... (...por favor...)